Buda dijo:
- El mundo está lleno de sufrimientos,
- la raíz del sufrimiento es el apego,
- la supresión del sufrimiento es la eliminación del apego.
El desapego podría definirse como "carencia de sed". Piensa en el ánimo de una persona desesperada por la sed y en el de alguien que no la tiene.
Observa, mentalmente, la diferencia.
¿En cuál ves paz, tranquilidad, seguridad y en cuál lo contrario?
Ahora observa el mundo. Y tu mundo particular y personal.
La infelicidad que hay en torno y dentro de ti, ¿qué la causa? ¿La situación económica? ¿el desempleo? ¿la soledad?
Si observas bien, verás que no es nada de eso. Si se te solucionaran todas esas cosas, aparecerían otras que te seguirían causando la infelicidad.
Entonces, ¿qué es?.
Es que esa infelicidad la llevas contigo donde vayas. Esa infelicidad está en ti mismo y no puedes escapar de ti. Está en tu programación, en tu computadora cerebral. Son tus creencias, esas que te parecen tan lógicas que ni siquiera sabes que te tiranizan y esclavizan. Tu mente no deja de producir infelicidad.
Pero si lo analizas, verás que hay una sola cosa que origina la infelicidad: el deseo - apego.
Y ¿qué es el apego?
Es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada originado por la creencia de que sin esa cosa o persona, no es posible ser feliz.
Facundo Cabral dice:
Deseo poco, y lo poco que deseo, lo deseo poco.
Tu mente dice:
No puedes ser feliz si no tienes tal o cual cosa, o si tal persona no está contigo.
No puedes ser feliz si tal persona no te ama.
No puedes ser feliz si no tienes un trabajo seguro.
No puedes ser feliz si no das seguridad a tu futuro.
No puedes ser feliz si estás solo.
No puedes ser feliz si no tienes un cuerpo a la moda.
No puedes ser feliz si los otros actúan así.
y... cuántos más "no puedes ser feliz si...".
Tu mente está programada para demostrarte constantemente (sino por una cosa, por otra) que no puedes ser feliz.
Todo esto es falso. Tú eres feliz aquí y ahora; pero no lo sabes, porque tus falsas creencias y tu manera deformada de ver las cosas te han llenado de miedos, preocupaciones, ataduras, conflictos, culpabilidades y muchas más cosas. Si lograras ver a través de esa maraña, comprobarías que eres feliz y no lo sabes.
No hay un sólo momento en tu vida en el que no tengas cuanto necesitas para ser feliz.
Todas las cosas a las que te apegas y sin las que estás convencido que no puedes ser feliz, son simplemente tus motivos de angustias. Lo que te hace feliz no es la situación que te rodea, sino los pensamientos que hay en tu mente.
El apego es un estado emocional que tiene dos puntas, una positiva y otra negativa.
- La positiva es el estado de placer y la emoción que sientes cuando logras aquello a lo que estás apegado.
- La negativa es la sensación de amenaza y la tensión que lo acompañan, lo que te hace vulnerable al desorden emocional y amenaza constantemente con hacer añicos tu paz.
Observa bien. Si no se consigue el objeto del apego, origina infelicidad y si se consigue sólo produce un instante de placer seguido de la preocupación y el temor a perderlo.
¿Podemos ganar la batalla contra los apegos?
Sí. Renunciando a ellos. Cambiando nuestra programación.
Haz una lista de todo lo que te tenga apegado y dile a cada una de esas cosas:
- En realidad no estoy apegado a ti en absoluto.
- Tan sólo estoy engañándome a mi mismo creyendo que sin ti no puedo ser feliz.
Y si tu apego se refiere a una persona, di:
- Te dejo que seas tú mismo/a, que tengas tus propios pensamientos, que satisfagas tus propios gustos, que sigas tus propias inclinaciones, que te comportes tal como decidas hacerlo. Te libero con Amor y me libero con Amor.
Ahora estás en condiciones de amar. AMAR, con mayúsculas, a esa persona.
¿Por qué?
Porque Amar, no es querer. Lo que quieres, quieres poseerlo. Cuando quieres a alguien para ti, sólo le estás poniendo una cadena al cuello y atándote tu del otro lado.
El Amor sólo puede existir, en libertad.
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